Buenas noticias para las futuras ventas de propiedades
Los expertos del sector pronostican que el mercado inmobiliario español recuperará alrededor de 80-90% de sus niveles anteriores a la pandemia para finales de 2021.
Tras una lenta salida de un periodo de hibernación durante el confinamiento, el sector inmobiliario de la economía española ya empieza a ver un progreso constante. El Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI) informa de signos positivos que permiten esperar un crecimiento suficiente en lo que queda de año para dar paso a las optimistas previsiones apuntadas. A diferencia de la crisis financiera vivida en 2008, en la que la recuperación tardó hasta 2014, en el mercado de la vivienda apenas hay exceso de oferta. Casi con toda seguridad, debido a las lecciones aprendidas de la devastación que siguió, la deuda pública y privada ya no es de proporciones catastróficas, lo que hace que una segunda crisis sea una perspectiva poco probable.
También sigue habiendo un enorme apetito por las propiedades españolas desde el extranjero que, en todo caso, se ha visto alimentado por la parálisis temporal del mercado por parte de COVID. El sector inmobiliario se ha reinventado a sí mismo y ha adoptado un enfoque mucho más fundamentado de la oferta y la demanda desde los oscuros días de la crisis. Tampoco la economía se ha paralizado por completo como antes, dadas las herramientas que la tecnología, no disponible hace 16 años, proporciona ahora.
Se estima que los precios de las propiedades españolas caerán una media de 10-20%, a corto plazo, dependiendo de la zona, pero, a medida que aumente la demanda, las fuerzas del mercado harán subir el valor de los inmuebles. Curiosamente, se están observando cambios en los tipos de propiedades que buscan los posibles inversores desde el estallido del COVID-19. Los agentes han informado de que los compradores están prefiriendo las casas con espacio exterior a las propiedades que sólo ofrecen vida interior. Incluso si los interiores de estas últimas son más amplios, un medio de escape, aunque sólo sea a un pequeño balcón o terraza, se ha convertido aparentemente en un requisito esencial para el propietario de una vivienda después del cierre.
El virus parece haber afectado menos a las compras de propiedades de lujo, ya que muchas ventas siguen adelante a pesar de las restricciones de movimiento impuestas tanto a los compradores como a los vendedores. Aquí en Ibiza se especuló con la posibilidad de que la reciente normativa sobre construcción, que limita el tamaño de las viviendas rurales de nueva planta a 320 metros cuadrados, pudiera perjudicar las ventas. Las nuevas leyes, introducidas para preservar la integridad del entorno natural, aunque ciertamente han provocado una mayor dificultad para obtener licencias, han animado a los compradores. Parece que los inversores valoran la exclusividad de la propiedad en la isla y la demanda ha aumentado en respuesta.
A pesar del ambiente general de turbulencias y de los constantes cambios de arena, sigue habiendo motivos para el optimismo, ya que la mayor fluidez que existe ahora en el mercado inmobiliario le ayudará a evitar los graves picos y caídas que lo han asolado en el pasado. Se ha convertido en un hecho reconocido, universalmente, que nadie puede predecir el camino futuro por el que nos llevará el COVID-19. Sin embargo, el mercado inmobiliario español ha resistido a esta crisis global y se prevé que siga siendo boyante a lo largo del camino hacia la recuperación mundial, sea cuando sea.
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