La demanda de viviendas en España sigue aumentando
El mercado de la vivienda vacacional en España vuelve a estar oficialmente en auge, según el diario El País, con claros signos de recuperación en Casa, Mallorca, Canarias, Costa del Sol, Norte de Alicante y el Maresme.
Los precios de la vivienda en Baleares han subido un asombroso 9,31% con más indicios de crecimiento para lo que queda de 2018. La recuperación está impulsada por la demanda extranjera, según el periódico, ya que el interés internacional se reavivó mucho antes de que los compradores españoles ganaran suficiente confianza en el mercado tras la crisis financiera de 2007/2008. Los británicos siguen siendo el cliente número uno de España, a pesar del Brexit, pero muchos otros países, como Bélgica y los países nórdicos, están acortando distancias.
Los locales vuelven a comprar, con 34% de propietarios de segundas viviendas planean aprovechar los beneficios ofreciendo alquileres vacacionales. Esta cifra contrasta con los 7% que consideran los alquileres residenciales y podría resultar problemática para los locales que quieran alquilar una vivienda, sobre todo para aquellos a los que les preocupa la seguridad laboral y los salarios. Según los agentes locales, los inversores extranjeros prefieren villas y casas adosadas, mientras que 75% de los españoles compran apartamentos. Los mismos datos muestran que la mayoría de los inversores pagan entre 100.000 euros y 200.000 euros por una propiedad, pero esto puede ser mucho más para alemanes, rusos y compradores de países nórdicos, que son los que más gastan cuando se trata de inmuebles en España.
Cómo afecta la nueva legislación a su propiedad en alquiler
Dado que se prevé un número récord de visitas a Baleares este verano, las propiedades privadas seguirán siendo un complemento esencial del alojamiento vacacional oficial, especialmente durante la temporada alta. Según la Ley de Turismo de 2012, las licencias turísticas solo se permitían para casas unifamiliares, semis y adosadas, mientras que los apartamentos y las casas adosadas no se consideraban adecuados para el alquiler vacacional.
Sin embargo, era posible alquilar un apartamento en virtud de una ley de arrendamiento que establecía una serie de requisitos no turísticos completamente diferentes. La nueva ley, introducida el 1 de agosto del año pasado, suspendió de hecho la concesión de nuevas licencias turísticas desde su inicio, restringiendo así alquileres de vacaciones a aquellas propiedades que se les haya concedido oficialmente o que hayan presentado solicitudes válidas antes del 1 de agosto de 2017. La congelación de nuevas licencias se mantendrá hasta que las autoridades hayan dividido cada isla balear en zonas que determinarán si el alquiler turístico puede tener lugar dentro de un área determinada, y el tipo de propiedad que se considera adecuada para el alquiler dentro de esa zona.
Las zonas de exclusión y las zonas rurales protegidas son regiones en las que el alquiler de vacaciones no está permitido bajo ninguna circunstancia.
La nueva ley reconocerá la necesidad de alquilar varios tipos de propiedades. Los tipos específicos tendrán la posibilidad de obtener licencias turísticas, siempre que se considere que están situados en una zona capaz de sostener los alquileres turísticos para ese tipo particular de propiedad. Estos cambios en la ley son importantes para los posibles inversores inmobiliarios que están considerando el alquiler vacacional para compensar parte del coste de la compra, ya que dan más margen en cuanto al tipo de propiedad que es adecuada para el alquiler, pero requieren más investigación sobre ubicación para garantizar que se encuentra en una zona autorizada para el turismo.
Un agente de confianza puede asesorar sobre las propiedades con potencial de alquiler, facilitando así un paso libre de estrés en el próspero mercado vacacional.
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